Los vómitos en la infancia son relativamente frecuentes. Los padres siempre se alarman cuando sus hijos vomitan la comida, como si fuese un indicador de que algo va mal en el niño.
Como ya indicamos en el post “problemas de alimentación en los hijos“, los niños pueden comer muy rápido y les puede sentar mal la comida,
otras veces el niño vomita cuando no quiere comer un alimento, lo rechaza y, a pesar de hacer resistencia, se le sigue obligando a que se lo coma; también puede vomitar cuando come demasiado lento y se va metiendo cada vez más comida en la boca haciendo “bola”, y los padres o el cuidador le insisten en que se lo trague.
Inmediatamente los padres o el cuidador dejan de forzar al niño a comer más.
obteniendo de ellos atención, cambio de tipo de comida, no ir al cole… por lo que puede mantener esta conducta en el futuro, es decir, podrá llegar a vomitar de nuevo porque sabe que se pueden producir unos comportamientos por parte de sus padres o cuidadores que él desea.
Puede ocurrir, aunque es menos habitual, que la conducta de vomitar sea parte del repertorio de la comida del niño, es decir, sin que se produzca ninguna de las situaciones anteriormente indicadas, el niño vomite. En estos casos lo aconsejable sería acudir al pediatra para que evalúe esta situación.
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